Hubo incontenible el llanto, frustración, improperios, e indignación de los que esperaban frente al pórtico del Supremo. DACA y DAPA superaran el bloqueo judicial del 5to circuito de apelaciones de Nueva Orleans que impide que entren en vigencia y beneficien a unos 5 millones de indocumentados.
Muchos se abrazaban desconsolados, mientras otros que habían estado bailando y expresando su alegre optimismo se sentaron en el pavimento, las pancartas por los suelos, cosas que la policía no permitirá en condiciones normales frente a tribunal.
En las primeras reacciones desde el mismo podio en el que se comunicaron las malas noticias alguien dijo que los magistrados habían votado 4-4 “políticamente”, asegurando que habían cedido a los argumentos de los conservadores contra los beneficios migratorios.
Buscando al noveno
“Todo por culpa del noveno, por falta del noveno”, exclamaban algunos. Ahora muchos hispanos prometen usar su voto para respaldar a Hillary Clinton porque afirman que “ese noveno será de los nuestros como Sonia (Sotomayor)”.
Es evidente que DACA y DAPA serán parte en una campaña electoral en la que se ventilarán propuestas radicalmente opuestas entre los principales candidatos.
El llanto de muchos el jueves ante el edificio de la Corte puede convertirse en motivación adicional para los indocumentados y los activistas que promueven la causa de una reforma migratoria integral.
Aunque es improbable que los hispanos vayan a mostrar esa unanimidad de criterio a la hora de votar en las presidenciales que aspiraba el representante Gutierrez, es cierto que el presidente Barack Obama y los demócratas pueden sacar una buena ventaja electoral.
Claro que el cálculo político poco importa ahora a la pareja que se abrazaba llorosa o a la activista que tenía que explicarles a esos indocumentados que aspiraban dejar de preocuparse por una potencial orden de deportación que termine con sus familias fragmentadas.